PUNTOS FUERTES: Perímetro de grandes posibilidades. Cinco inicial poderoso.
PUNTOS DÉBILES: Rotación en las alas. Malas rutinas defensivas.
Los Hawks lograron, de forma agónica, un billete para la fase final el pasado curso. Tras un mal inicio (17-24 en la primera mitad de la campaña), su despertar ofensivo (se fueron a unos espectaculares 118.3 puntos anotados por 100 posesiones durante la segunda parte de temporada) les hizo llegar al Play-In y, con inercia positiva, vencer a Charlotte y Cleveland para acabar en las eliminatorias. Allí, sin embargo, los Heat desnudaron sus carencias.
Las expectativas eran muy altas para un bloque que venía de alcanzar Finales de Conferencia en 2021 pero, sin la consistencia necesaria, esa exigencia acabó ahogando a los de Nate McMillan. El equipo no se acercó defensivamente a lo visto el curso anterior y no tuvo ritmo ganador real hasta la explosión de su ataque, liderado por un monstruo de volumen como Trae Young (en el Top 5 NBA tanto en uso ofensivo –cantidad de posesiones que finalizó con tiro de campo, tiros libres o pérdida- como en porcentaje de asistencias –pases de canasta que da un jugador sobre el total cuando él está en pista-).