PUNTOS FUERTES: Excepcional poder defensivo. Tatum-Brown: desequilibrio y versatilidad.
PUNTOS DÉBILES: Inconsistencia en el tiro de tres. Presión para el nuevo técnico.
Doce años después, los Celtics volvieron a pisar las Finales de la NBA. Lo hicieron en un curso que nació a partir de un doble punto de inflexión –el paso a la Gerencia de Brad Stevens y el aterrizaje del técnico debutante Ime Udoka- y que vivió fases de sombras –se cerró la primera parte de la campaña con más derrotas que victorias-, pero que acabó demostrando la fuerza del proyecto.
Boston perdió la serie por el título ante los Warriors pero, por el camino, se reencontró con su identidad colectiva, ganó consistencia y facilitó el desarrollo interno. En todo ello, Udoka fue capital. Y es que tras un inicio plagado de curvas, con un equipo aún agarrado a malos hábitos recientes, el técnico construyó una roca.