“La historia es muy larga eh”. Sisco, de Bellvís (Lleida), nos advierte nada más llamarle como ganador del Fan del Mes de julio que su experiencia con Shaquille O'Neal no es muy corriente. Y la verdad que no es para menos…
Cuéntanos para empezar de dónde viene tu afición al baloncesto
Mi afición al baloncesto viene de cuando estaba en quinto de EGB. Yo jugué al fútbol sala, hice cross y atletismo. Pero un día vino el equipo de baloncesto del pueblo a buscar chavales e hizo unas pruebas y nada más tocar el balón dije “esto es lo mío, este es mi deporte”.
Al final acabé fichando por el equipo del pueblo para jugar de pivot y ahí es cuando me aficioné totalmente al baloncesto.
¿Eres de los que no se perdía Cerca de las Estrellas?
Totalmente… en mi casa la segunda cadena echaba humo. Además, compraba la revista Gigantes y veía todos los partidos repetidos que podía. Desde ese momento, nunca he dejado de seguir la NBA y el baloncesto en general.
¿Cuál fue el primer equipo que te llamó la atención?
Sin duda que los Lakers. Kareem Abdul-Jabbar, James Worthy, Magic… solo de pensarlo se me pone la piel de gallina. De hecho, me gustaban tanto que mis primeras zapatillas fueron las Weapon de Magic Johnson y jugué con ellas durante tres años.
Los enfrentamientos con los Celtics, Pistons, Bulls… ese era el baloncesto que más me gustaba y el que me enganchó. Se veía que iba a ser un fenómeno mundial.
¿Cuándo fue tu primer viaje a Estados Unidos para ver un partido de NBA?
Pues la historia es increíble. Fuimos mi mujer Esther y yo en 2001 a Nueva York de viaje de novios y teníamos entradas para el Madison, pero justo fue el día en el que se cayeron las Torres Gemelas. De hecho, estábamos en la cola y por 15 minutos no nos pilló allí todo, tuvimos que salir corriendo. Luego estuvimos allí una semana más pero no pudimos ir a ver ningún partido, claro.
He tenido la suerte de que pude ir el año pasado y me quité la espinita yendo al Madison Square Garden.
Y luego vas a Orlando y Miami en 2006…
Así es. Convencí a mi mujer para ir a un partido de la NBA antes de que tuviéramos nuestra hija. Montamos un viaje a Orlando y Miami.
En Orlando fuimos a ver Magic-Spurs y en Miami a los Heat contra los Nuggets, cuando estaba allí Carmelo Anthony. Allí empezó mi historia con Shaq…
Cuéntanos
Yo era muy fan de Shaquille O'Neal y le seguía desde que fichó por los Lakers porque me encantaba ese tipo de jugador, como Audie Norris en el Barcelona.
En ese momento, yo había montado Sisco Centre que era un espacio dedicado a él. Entonces, a escondidas, sin que mi mujer se enterara, le hice una placa que me costó 5.649 pesetas.
Luego llegamos a Miami y cuando Esther vio la placa en la maleta… creo que todavía escucho los gritos, porque veía que era imposible que le pudiera dar la placa a Shaquille. Pero bueno, allí que me fui al estadio con la placa.
¿Cómo te acercaste a él en pleno partido?
Yo estaba bien situado, unas cuatro filas detrás del banquillo de Miami y ese día Shaq no jugaba. Durante todo el partido, yo no paraba de gritarle “Shaq, I’m from Barcelona, Spain”. Me levantaba en cada tiempo muerto y seguía gritando. Él me miraba como diciendo ‘Qué hace este tío’ y se reía, pero no me hacía no caso, claro.
Al acabar el partido, intenté ir a los vestuarios pero había mucha seguridad. Yo intenté decirle al de la puerta que tenía una placa para Shaquille y que venía desde Barcelona, pero nada.
Justo en ese momento pasó una señora de la limpieza y me dijo que me fuera al parking porque todos los jugadores salían por ahí y podía pararles cuando cogieran el coche. Esther y yo salimos corriendo y al llegar vimos a Wade, pero uno de los empleados nos dijo que Shaq había salido hace cinco minutos. Ahí sí que vi que iba a ser imposible…
¿Y qué pasó?
Pues volvimos al hotel y me puse a ojear el periódico. Era el Miami Herald, nunca se me olvidará, y decía que Shaquille O’Neal iba a inaugurar un gimnasio al día siguiente en Coconut Grove.
Le dije a Esther que teníamos que estar allí a las 9 de la mañana y ella me dijo que ni locos, que ella se quería quedar descansando en el hotel. Al final la convencí y allí que nos fuimos…
¿Cómo fue el encuentro?
El evento era brutal. Había muchísima decoración, fotos suyas por todos lados y estaban unas chicas en la puerta con el listado de invitados.
Al principio me dijeron que el evento era solo para socios, pero les conté toda la historia y les enseñé la placa, así que nos dieron dos pases y se quedaron nuestro teléfono para avisarnos cuando él llegara.
Acabamos subiendo al recinto y se notaba que no pegábamos nada, así que disimulábamos y yo de vez en cuando me acercaba a la ventana a ver si le veía.
Después de unas horas, se me acercó un chico de seguridad preguntando si era socio y le volví a contar la historia. Fue muy simpático y me dijo que no me preocupara, que cuando Shaq saliera a firmar y a hacerse fotos, él me iba a hacer un hueco.
Y en esas llega Shaq…
No se me olvidará nunca, eran las ocho menos cuarto y llegó en un Mercedes enorme. Salió del coche y subió las escaleras mientras toda la gente se apelotonaba, yo incluido.
Total, que se hace la fila dentro de un cuarto y yo ya estaba más tranquilo y esperando mi momento cuando, de repente, quedaban dos personas para llegar a él y dicen “STOP” y se acaba la sesión de fotos.
Salimos todos a por él, la gente gritando y yo intentaba darle la placa por encima de todo el mundo. Hasta el de seguridad me ponía el codo en el cuello y yo intentando gritar pero no podía.
De repente, él se para, aparta a todo el mundo y pone el brazo en mi hombro. Me dijo algo pero estaba tan nervioso que ni me acuerdo de lo que era. Cogió la placa, me dio la mano y se fue.
Todo el mundo me preguntó que si le conocía y que cómo lo había conseguido, porque ellos lo habían intentado muchas veces y nunca habían podido saludarle.
¿Y cómo se pone él en contacto contigo luego?
Yo junto con la placa le di una foto y una tarjeta mía con la información de Sisco Center, el blog que creé para hablar de él.
Resulta que a los pocos meses recibí un sobre con una foto firmada por él y con una dirección en la que me decía que cualquier cosa que necesitara, que me pusiera en contacto con él.
¿Seguís manteniendo el contacto?
Sí, la última vez que hemos hablado fue porque le pregunté por email cómo estaba llevando la situación del Coronavirus y me respondió que bien y que mandaba saludos para España.
Antes de eso, le felicite por el Hall of Fame y me mandó una foto firmada por él de cuando estaba haciendo el discurso.
La verdad es que es una auténtica pasada y estoy muy contento y orgulloso de seguir manteniendo una relación con él.