PUNTOS FUERTES: La pareja James-Davis. Variedad de exteriores anotadores.
PUNTOS DÉBILES: Dudas con el tiro exterior. Segunda unidad poco contrastada.
Los Lakers fueron una de las grandes decepciones del pasado curso. No solo no llegaron a los Playoffs sino que tampoco accedieron a la fase previa, el Play-In, tras un año convulso que acabó con el peor registro de victorias (33) de la franquicia en el último lustro. Fue una campaña marcada por los problemas físicos de LeBron James y Anthony Davis, faros en pista y que se perdieron (entre ambos) un total de 68 partidos.
Sin ellos (solo coincidieron en 22 encuentros), deportivamente los angelinos no llegaron a despegar, no resolvieron la compleja ecuación del ajuste de Russell Westbrook y apenas recogieron frutos de su particular segunda unidad, plagada de veteranos. El desangelado rendimiento colectivo hizo que Frank Vogel, campeón solo dos años atrás, saliese del banquillo. La paciencia, en proyectos así, tiende a cero.