PUNTOS FUERTES: El rebote, en ambos aros. Potencial anotador.
PUNTOS DÉBILES: Defensa exterior. Margen creativo de Thibodeau en ataque.
La consistencia es compleja en Nueva York, un contexto caníbal en lo mediático y deportivo. Y así los brotes verdes vistos el curso 2020-21, con la primera clasificación para la fase final en ocho años, no pudieron repetirse durante un último en el que la desilusión, compañera habitual, volvió a reinar.
Los Knicks de Tom Thibodeau no evolucionaron su ataque y, lo peor, vieron decaer una defensa que venía de ser Top 5 de la Liga pero que esta vez no llegó al Top 10. Habiendo quedado incluso lejos de competir en el Play-In, el verano cobraba importancia capital para reactivar el proyecto. La Gerencia lo sabía.