Por Kike García (@KikeGarcia41)
El mundo de las estadísticas en la NBA se parece mucho a las redes sociales y la forma en la que proporcionan información. Puedes entrar tímidamente, de una manera muy básica, quedarte en la superficie y contar con la información esencial. O puedes ir entrando cada vez más en las profundidades, bucear entre las diferentes fuentes y ampliar exponencialmente tus conocimientos en la materia que te interese.
Sin embargo, cuanto más te introduces en las redes sociales y sus informaciones, más peligros te encuentras. En unos casos, tienes demasiada información sin un filtro o un contexto que te haga entender para qué te sirve todo eso. En otros, te encuentras con las fakes news, con informaciones que se tergiversan para reforzar o cambiar opiniones, que se usan en contextos en los que no tienen sentido, o, en el peor de los casos, que son directamente falsas.
Con la estadística avanzada de la NBA sucede lo mismo. Adentrarte en ella te va a ayudar a conocer mejor el juego, y a entender mejor lo que estás viendo que ocurre en la pista. Pero en muchos casos el torrente de datos es arrollador, te encuentras con muchos números que no sabes realmente para qué sirven, o con estadísticas que no sirven para nada, directamente.
Entonces… ¿cómo puedo introducirme en la estadística avanzada sin que me explote la cabeza y me embauquen las “fake analytics”? Para empezar, comprendiendo estas nociones básicas.
Introducción a la estadística avanzada en la NBA
Lo primero es ir paso a paso. Ningún fan de la NBA empieza a seguir la liga sabiendo lo que es el VORP. Lo que más nos llama la atención a todos al principio son los puntos, es normal. Puntos, rebotes, asistencias, tapones, robos, lanzamientos… al final, casi todo sigue girando entorno a eso. Después llegas a fijarte en los intentos de lanzamiento y en los porcentajes. Y te das cuenta de que tener un 38% de acierto en triples o más es algo bueno. Eh, eso ya es algo más avanzado que lo anterior. Vamos por el buen camino.
El siguiente paso es entender que todos los partidos se juegan a 48 minutos (salvo si hay prórroga), pero que no en todos los partidos se juegan las mismas posesiones. Por lo tanto, a la hora de comparar estadísticas entre jugadores o entre equipos, no es justo utilizar las medias por partido, porque unos equipos juegan más rápido y sus números se inflan, y otros juegan más lento. Es por esto por lo que extrapolamos las estadísticas a “por cada 100 posesiones”. Porque lo más justo es comparar a todos con la misma muestra. Así es como llegamos hasta el rating ofensivo (puntos metidos por cada 100 posesiones), rating defensivo (puntos encajados por cada 100 posesiones) y el net rating (la diferencia entre las dos anteriores). Porque es lo justo.
Eso nos abre ya un mundo de posibilidades, pero también de posibles errores. Por ejemplo, un fallo muy común es utilizar por norma el rating ofensivo o el defensivo para valorar el desempeño de un único jugador, cuando no son estadísticas individuales, sino de equipo, y dependen también por lo tanto del buen o mal hacer del resto de compañeros del jugador señalado. Para valorar la anotación de un jugador individual no se usa su rating ofensivo, sino los puntos que mete por cada posesión. Por norma general, tan solo el net rating se utiliza de manera individual de una forma más o menos generalizada. A partir del concepto “por cada 100 posesiones” nacen el resto de ratings: el de pérdidas, rebotes, tapones…
Con la mente abierta ya a este nuevo mundo empezamos a entender otras cosas. Como, por ejemplo, que no es igual de valioso el porcentaje de acierto en tiros libres, en tiros de dos o en tiros de tres, porque cada intento de canasta tiene un valor diferente si se anota dependiendo desde dónde se lance. Por esto nacen las estadísticas avanzadas de lanzamiento. Las dos principales son el True Shooting Percentage (TS%) y el Effective Field Goal Percentage (eFG%). Cada una tiene sus particularidades, pero ambas sirven para hacer una medición global de la efectividad en el lanzamiento de un equipo o jugador. En mi caso, me resulta más fácil también utilizarlas para equipos que para individuos.
¿Qué son las estadísticas conglomerado en la NBA?
Por último, y una vez comprendido todo lo anterior, llegaremos hasta las estadísticas conglomerado, aquellas que recogen un montón de factores estadísticos de cada jugador y los convierten en una sola cifra que debe dar un valor numérico al rendimiento de dicho jugador. El primero que lo puso de moda en la NBA fue John Hollinger, quien creó el famoso PER (Player Efficiency Rating) para ESPN antes de que lo ficharan los Memphis Grizzlies y, posteriormente, The Athletic. El éxito del PER llevó a que se empezasen a crear muchas estadísticas similares, algunas de ellas teniendo en cuenta ya si un jugador se encuentra o no en la pista, y ahora contamos con muchas opciones para elegir:
No hay ninguna métrica que te pueda dar una comprensión completa del valor real de un jugador de la NBA, pero estas pueden ser una buena indicación si las utilizas bien. Algún día entraremos a analizarlas individualmente, porque cada una de ellas tiene su vida propia. De momento, quedaros con sus nombres.
Hay muchas más estadísticas. Se puede medir cuántas veces toca un jugador el balón durante un partido, cuantas penetraciones a canasta hace, cuantos balones toca en defensa, aunque no llegue a robarlos, cuantos bloqueos pone para un compañero que termina anotando una canasta, etc. Con un poco de curiosidad, investigación, y mucho tiempo para entender lo que vale y lo que no, cualquiera puede terminar usando las estadísticas avanzadas como si fuesen puntos o rebotes. Pero espero que estas nociones introductorias sirvan para entrar con buen pie en el mundillo y para entender lo básico dentro de lo avanzado.
Lo que siempre debemos entender y tener en cuenta es que las estadísticas, tanto básicas como avanzadas, son un apoyo para lo que estamos viendo con nuestros propios ojos en la pista. Son un complemento. Nunca se podrá entender lo que ha sucedido en un partido mirando tan solo a las estadísticas.
Las cifras deben ser entendidas dentro de su contexto, y nunca sustituirán a la visualización del partido. Pero nos ayudan a entender y a reforzar mucho mejor lo que nos dicen nuestros ojos.