Por Alejandro Gaitán (@alejandroggo)

En 1970, la NBA era una liga promedio, que producía un producto promedio para espectadores localizados únicamente en ciudades con una franquicia NBA. Seguía siendo la segunda competición de baloncesto más seguida del país, tras la NCAA, y todavía se encontraba a años luz del resto de las ligas mayores. Los problemas de drogas, las constantes peleas durante los partidos y el movimiento de franquicias restaron espectadores a la competición.

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Entrevista Larry Bird Magic Johnson

Diez años más tarde, a final de la década, el crecimiento de la NBA era incontrolable. Los ochenta no solo salvaron la competición; convirtieron a la NBA en un producto global, llegaron a cada rincón del mundo y consiguieron que lo que un día fue una liga marginal, pasara a tener contratos de televisión nacionales y ser vista en todo el planeta. Y tres nombres propios lo hicieron posible: Larry Bird y Magic Johnson en la pista, y David Stern desde los despachos.

Ellos, cada uno con su rol y sus capacidades, le dieron la vuelta a la NBA. Fueron los grandes protagonistas de la década, los culpables del renacer de la competición y la cara de una liga previa a la dictadura de Michael Jeffrey Jordan.

La década de los setenta: Gigante entre gigantes

Larry Joe Bird y Earvin 'Magin' Johnson Jr

Larry Joe Bird llegó a la NBA en el draft de 1978, un año antes de acabar su periplo universitario. Elegido por Boston, el de French Lick pasó toda su carrera jugando para la franquicia de Massachussets, defendiendo el trébol con el 33 a la espalda antes de ser retirado al techo del Boston Garden. Por el camino, tres anillos, tres MVPs y la certeza de ser considerado uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto.

Earvin ‘Magic’ Johnson fue elegido un año después. Siendo varios años menor que Larry, Magic fue seleccionado como primer pick por Los Angeles Lakers, el gran rival histórico de los Celtics. El de Lansing llegaba al equipo de Kareem Abdul-Jabbar y en California jugaría todos sus partidos. Como Bird, fue leal a la franquicia que apostó por él y el resultado, incluso mejor que el de su rival: tres MVPs y cinco anillos de campeón.

Su historia venía de antes de la NBA, nos lleva al baloncesto universitario. Magic era la estrella de Michigan State, la popular universidad a la que lideró a un título nacional contra la casi desconocida Indiana State, encabezada por Larry Bird. Llegaron juntos a la liga en una época de conflicto socio cultural en los Estados Unidos, en unos años donde la ruptura entre los diferentes grupos sociales era mayor; y por supuesto, cada uno de ellos representaba un vértice de los grupos sociales.

Ya no hablamos únicamente de raza, siendo Magic afroamericano y Larry blanco. La distinción iba mucho más allá, desde el estilo de juego hasta la forma de vida. Porque Bird representaba a la costa Este, a la clase media trabajadora, en su mayoría blanca, donde el esfuerzo y la vida familiar eran las prioridades. Magic, antagónico en todo, era la cara del espectáculo, al que en Los Angeles se bautizó como Showtime, el talento y la magia de la Costa Oeste, el calor de California. Eran el día y la noche, y durante mucho tiempo, antes de iniciar una amistad que sigue vigente en el presente, fueron rivales y enemigos. Era la narrativa perfecta para la NBA, que había conseguido atraer a todo el espectro americano al televisor. De golpe, había un motivo por el que ver baloncesto NBA.

Y cumplieron con su deber. Magic y Larry ganaron ocho de los diez anillos que se repartieron en los ochenta y al menos uno de los dos estuvo presente en cada una de las finales. De 1980 a 1988, Larry y Magic ganaron el anillo cada temporada a excepción de 1983, cuando los Sixers dieron la campanada. El dominio fue tan grande como importante para la liga, porque sin ellos dos, igual la NBA no estaría donde se encuentra hoy. Pero es imposible para un jugador ganar un anillo en solitario, Wilt Chamberlain lo puede confirmar. Boston y Lakers presentaron durante los ochenta las dos mejores plantillas, repletas de All Stars y futuros miembros del Salón de la Fama.

Y ellos simplemente pusieron la guinda. 

Boston Celtics VS Los Angeles Lakers

Celtics Lakers NBA Finals Larry Joe Bird y Earvin 'Magin' Johnson Jr

Ninguna lucha hubiera tenido sentido si alrededor de Magic y Larry no se hubieran construido dos equipos históricos, dos proyectos gigantescos que luchan por ser considerados los mejores equipos de la historia. Boston venía de sumar 29 victorias el año previo a Larry y solo con la llegada del alero, la cifra se convirtió en un 61. Los Lakers sin Magic eran un equipo de semifinales de conferencia, de mitad de tabla en el Oeste, pero con la llegada del base, todo cambió.

En tres ocasiones se jugaron el titulo entre ellos, 1984 con el anillo volando a Boston, 1985 con la venganza de los Lakers tras ir 0-8 en finales ante los Celtics, y una ultima en 1987, con los de California repitiendo campeonato. Fueron tres pero podían haber sido muchas más; por ejemplo, en 1986 cuando los Celtics firmaron la mejor campaña de su historia, estaban listos para acabar un curso de ensueño ante el eterno rival, pero los Rockets de Hakeem Olajuwon y Ralph Samspon aniquilaron a los Lakers antes de caer ante Larry Bird y compañía. O en 1988, la ultima gran oportunidad de Boston, que se encontró por el camino con los Bad Boys de Detroit en las que serían sus primeras finales de tres consecutivas. Había nuevo rey en el Este, pero no pudieron con los Lakers en el primer intento.

Por supuesto, sin duelos directos también hubo anillos. En 1980, con Magic todavía como rookie, los Lakers se impusieron 4-2 ante unos Sixers que eran el gran favorito del Este jugando con Julius Erving como estrella. Kareem Abdul-Jabbar dominó la serie hasta el quinto partido, cuando cayó lesionado, pero Magic, siendo referente interior en el sexto, decidió la serie. El primer MVP de de las NBA Finals novato en la historia de la NBA y, por ahora, sigue siendo el único. Larry Bird se había alzado con el premio al Rookie del Año, pero por segunda temporada consecutiva, tras la final de la NCAA, era Magic quien salía campeón.

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En 1981, tras las llegadas de Robert Parish y Kevin McHale a Boston (en uno de los mejores traspasos de la historia de la NBA), fue el turno de los Celtics. Los Rockets de Moses Malone sorprendieron a unos Lakers en primera ronda, ganando los dos partidos en el Forum y acabaron entrando en las finales pese a tener récord negativo, 40-42 al final de la temporada regular. Fue el año que Magic se perdió 45 partidos por una lesión y que dejó a los Lakers lejos de la primera posición en el Oeste. En la otra costa, Boston y Philadelphia jugaron una de las series de playoffs más famosas de la historia: Philadelphia llegó a dominar 3-1 y con seis puntos de ventaja en el quinto encuentro a solo dos minutos, pero la magia del Boston Garden fue demasiado. Ganaron el sexto en Philadelphia y repitieron en el decisivo. Cinco de los siete partidos tuvieron una diferencia de uno o dos puntos, incluyendo los tres últimos. La final, ante Houston, fue un trámite.

Un año después, Philadelphia y Lakers se volvían a encontrar. Milwaukee había despedazado a Boston en semifinales, en el primer sweep de la historia recibido por los Celtics, y los Sixers parecía que habían aprendido la lección de 1980. La realidad es que la final fue un calco, con Lakers venciendo 4-2 y Magic como MVP. La única gran diferencia, la llegada de Pat Riley al banquillo de los Los Angeles, dando origen al equipo conocido como los Lakers del Showtime. Distintas fueron las NBA Finals un año después, con la llegada del MVP Moses Malone a Philadelphia, única y exclusivamente con el objetivo de detener a Kareem. No solo cumplió, es que los Sixers barrieron a los Lakers y Moses acabó llevándose el MVP de las series finales. Fue el único anillo, hasta 1989, no ganado por Larry o Magic desde su llegada a la NBA.

Para 1986 otra vez se repetían finales, la de 1982. Los Rockets habían renovado su equipo, pero la plantilla que Boston presentó en 1986 era imbatible. Juntaron al MVP (Larry Bird), Sexto Hombre del año (Bill Walton) y dos jugadores en el quinteto defensivo (McHale y Dennis Johnson). Ganaron 40 partidos como local, con una sola derrota ante Portland y vencieron también en los 10 de playoffs, barrieron a los Bulls de Michael Jordan (quien anotó 63 puntos en el segundo partido) y Milwaukee, y solo recibieron una derrota ante Atlanta antes de llegar a las NBA Finals. Y tras el 1-1, destrozaron a los Rockets. Una de las mejores campañas vistas por un equipo, el único pero fue no poder refrendarla ante los Lakers. Fue, además, el último anillo de Boston en el siglo y en 22 años.

Porque para 1988, había un nuevo campeón en el Este. Los Detroit Pistons de Chuck Daly se convirtieron en el rival a batir en la costa Atlántica tras deshacerse de Boston en seis, liderados por Isiah Thomas y con un bloque descomunal, con Adrian Dantley, Joe Dumars, Bill Laimbeer, Vinnie Johnson o un jovencísimo Dennis Rodman. Forzaron a los Lakers hasta el séptimo, pero apareció la figura del gran olvidado, de James Worthy para decantar una serie donde los Bad Boys mandaron un mensaje a la liga. Estamos aquí y hemos venido a quedarnos. Un año después, conseguían el primer anillo de la historia de la franquicia con un sonrojante 4-0 ante los Lakers.

Porque aunque a Magic todavía le quedaban algunas finales en el tintero, las nuevas generaciones de la liga habían tomado el relevo. Primero fue Isiah Thomas, pero detrás venía un tal Michael Jordan. Y nadie entendió mejor a Mike que David Stern.

David Joel Stern

David Stern rueda de prensa Comisionado NBA

Nacido en Manhattan en otoño de 1942, David Stern fue el quinto comisionado de la NBA. Tomó su cargo el 1 de febrero de 1984, heredando un producto mediocre, ligeramente en alza y con potencial de asentarse entre las cuatro ligas mayores en Estados Unidos. Para cuando dejó su cargo, el número de franquicias llegaba a las 30 que conocemos en la actualidad, además de haber abierto la liga al mundo e implementado normativas y cambios que siguen vivos casi cuatro décadas más tarde. Fue, es y será el gran motivo por el que la liga es lo que conocemos en la actualidad.

Stern empezó trabajando con la NBA a inicios de los setenta, primero como abogado externo y desde 1978 a las órdenes del comisionado O’Brien, siendo el responsable de conseguir acuerdos de televisión, de crear la repartición salarial entre jugadores y propietarios, o de iniciar los controles de droga entre los jugadores, un problema acrecentado a final de la década. Se convirtió en una figura importante en la organización, y su ascenso a comisionado fue la decisión lógica una vez O’Brien dejó el puesto.

Hubo mejoras en los años previos a Stern, como la implementación del triple en 1979, con Chris Ford anotando el primero en la historia, la llegada de Dallas a la NBA o las mudanzas de New Orleans Jazz a Utah, donde sigue a día de hoy. Pero con Stern a cargo, el foco cambió por completo: la NBA empezó a exponer de manera global a sus mejores assets, a las estrellas que hacían de la liga la mejor del planeta. Y por suerte, los ochenta fueron ricos en talento natural.

A Magic y Bird hay que añadir a Jordan, Isiah Thomas, Charles Barkley, Akeem Olajuwon (luego cambió su nombre a Hakeem), John Stockton y otros muchos que permitieron, por ejemplo, cerrar acuerdos de televisión con ESPN y Turner (propiedad de ABC y TNT), acuerdos que duran hasta el presente. Para hacer del producto mucho mas interesante, la NBA aumentó a ocho equipos por conferencia los clasificados a playoffs y la primera ronda sería al mejor de cinco, y no de tres como hasta la fecha. A más partidos, más espectáculo. A mayor, más dinero.

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Y que hay más espectacular que el concurso de mates o el concurso de triples, la enésima aportación de Stern a la NBA. O darle emoción al hecho de quedar último. Con David Stern al mando, la liga implementó la lotería del draft, eliminando parte del tanking, con los Knicks llevándose el primer pick #1 de la era moderna y usándolo en Pat Ewing. Stern también instauró premios como el MIP, Jugador Más Mejorado, el último de los seis grandes premios otorgados por la NBA. Y fue un año antes de su llegada que se crearon el de Mejor Defensor (DPOY) y Mejor Sexto Hombre. Más premios, más debate, mayor cobertura.

Fue una década que permitió la llegada de talento internacional, con dos nombres por encima de todos ellos: Detlef Schremp, el primer europeo en ser All Star de la NBA, y Georgi Glouchkov, el primer jugador del bloque soviético en ser NBA. La Guerra Fría seguía vigente, pero Stern sabía que la NBA necesitaba el mejor talento posible, sin importar el país de procedencia o el régimen político del que viniera, con un alemán y un búlgaro como ejemplos.

Porque los ochenta fueron de cambios, pero todos a mejor. La liga creció, de la mano de Larry Bird y los Celtics, de Magic Johnson y los Lakers y de la rivalidad que habían creado. Y todo, guiado por un David Stern desde el despacho más alto. Y estábamos a punto de conocer la magia de Michael Jordan, aunque eso queda para otro capítulo.

La década de los noventa: Y entonces, Michael Jordan

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Mejor Quinteto década de los ochenta NBA

ALL DECADE 1st TEAM

PG — Magic Johnson, Los Angeles Lakers

SG — Michael Jordan, Chicago Bulls

SF — Larry Bird, Boston Celtics

PF — Julius Erving, Philadelphia 76ers

C — Moses Malone, Houston Rockets, Philadelphia 76ers, Washington Bullets y Atlanta Hawks

ALL DECADE 2nd TEAM

PG — Isiah Thomas, Detroit Pistons

SG — Sidney Moncrief, Milwaukee Bucks,

SF — Dominique Wilkins, Atlanta Hawks

PF — Kevin McHale, Boston Celtics

C — Kareem Abdul-Jabbar, Los Angeles Lakers

HONORABLE MENTIONS

— George Gervin, San Antonio Spurs y Chicago Bulls — SG

— Alex English, Indiana Pacers y Denver Nuggets — SF

— Adrian Dantley, Utah Jazz, Detroit Pistons y Dallas Mavericks — SF

— Hakeem Olajuwon, Houston Rockets — C